Sin embargo, con el paso del tiempo, puede que la situación vaya cambiando. Quizás uno o ninguno de los dos siente el mismo interés que antes. De hecho, ya no salen juntos, no hacen ciertas cosas que antes solían hacer.
Pues bien ¿sabías que cuando el amor se ha ido, hay varias señales que nos lo indican? En este artículo queremos hablarte de dichas señales. Así, podrás estar segura si estas en una relación por amor o simplemente se ha convertido en una costumbre. Al finalizar de leer este artículo, podrás tomar una mejor decisión respecto a tu relación.
Tienen intimidad solo para evadir problemas: En este caso no importa si el contacto físico es mucho o poco. Esto es algo que lo hacen automáticamente, por instinto. Es como si prefirieran hacer esto en lugar de hablar de sus problemas y enfrentarse a la realidad. También pudiera tratarse de una forma de coaccionar al otro, o solo se está buscando la autocomplacencia.
Los defectos se ven más que las virtudes: Las pocas veces que charlan como pareja, terminan discutiendo o en un gran desacuerdo. Es como si ya no supieran ver lo bueno que tiene cada uno. Por eso, pocas veces hablan como pareja y cuando lo hacen, lo único que logran es terminar discutiendo.
Ahora otra persona los atrae: Puede ser que todavía no hayan tenido contacto físico con esa persona. Sin embargo, a nivel sentimental se sienten atraídos por otra persona. Entonces, comienzan a imaginarse que su vida de pareja sería mejor con esa persona que con su actual pareja. Luego, surgirá la pregunta ¿por qué razón no dejarse esa libertad?
No sienten emoción al estar juntos: Cuando están separados, no se extrañan, ni se afirman palabras de amor. Tampoco hay mucho contacto físico y eso les da igual. Al final del día, solo se ven para dormir juntos y todo el día sigue una monotonía. pareciera como si fueran dos seres sin ánima. En realidad, solo hacen las cosas porque saben que deben hacerlas, sin embargo, no es algo que nazca del corazón.
No hacen planes juntos: Cada uno sale con sus amigos y familiares, pero sin pensar en llevar a su pareja consigo. Incluso, pueden empezar a tomar resoluciones que deberían tomar como pareja de forma independiente. De hecho, cuando piensan en su futuro, no se ven con su pareja en él.
Se vuelven indiferentes: A ninguno de los dos les importa si su pareja está feliz o triste. Es como si creyeran que su pareja es un simple mueble que estará bien o mal y su vida de todas formas continuará igual. Por otro lado, no se atreven a separarse, pues no les gustaría estar solos. Desde hace un tiempo que no se interesan el uno por el otro, pero no quieren dejarse.
Cuando están juntos, se distraen con otras cosas: Cuando la pareja por fin tiene tiempo de estar junta, uno o ambos se distraen con la televisión, el teléfono o la computadora. O puede que sencillamente reine un silencio ensordecedor en la habitación que es muy incómodo. En realidad, no existe una comunicación entre ambos, aunque ninguno se siente ignorado. Es más, este tipo de cosas se han vuelto normales para ellos.