En esta oportunidad nos place ilustrarte con este texto reflexivo que nos muestra una moraleja bastante fuerte e inesperada. De seguro te ayudará a tener una actitud más precavida ante situaciones parecidas a las que se te plantean a continuación:
Espejismos que crean las serpientes que amamos
Erase una vez una mujer joven y muy ingenua, quien no tenía prejuicios en cuanto a los seres que se le acercaban. Un día halló una preciosa serpiente pequeña, y sin vacilar la llevó a casa con ella, ya que se encontraba muy sola y con algo de tristeza en ese lugar donde se habían conocido.
Desde que la llevó a su hogar, la joven se encariño mucho con la serpiente a tal punto de tenerla extremadamente consentida, pues la alimentaba religiosamente, estaba pendiente de su piel reluciente e incluso la llevaba a pasear al patio de su casa para que se estirara plácidamente.
Lo cierto es que con el pasar del tiempo ya la mujer amaba a la serpiente tal como se ama a un familiar. Estaba muy orgullosa de ella porque llegó a crecer 7 pies de largo y seguía manteniéndose hermosa, pero un día de repente dejó de aceptarle la comida que le ofrecía, lo cual preocupó muchísimo a la joven. Incluso pasaron semanas y la culebra continuaba sin comer ni un bocado. Fue entonces cuando decidió llevarla a un veterinario especialista para que la examinara y determinara que era lo que tenía mal su querida mascota.
Una vez que la mujer le contó toda la historia entre ella y la serpiente el veterinario dijo “ya entiendo todo”. Posteriormente, en un todo muy particular le pregunta a la joven:
– ¿La serpiente duerme contigo y se estira a lo largo de tu cuerpo?
Ella responde:
– Sí, todos los días. Ambas somos muy unidas.
Sin embargo, lo que dice el veterinario después de esto la deja atónita:
-Joven, su serpiente no está enferma, actualmente se está preparando comérsela a usted y por eso no ha comido nada, y se estira cerca de su cuerpo todos los días para evaluar qué tan larga debe estar para engullirla de pies a cabeza.
Enseñanza: Que amemos a alguien no significa que la otra persona no tenga la capacidad de lastimarnos y traicionarnos. Sé cauteloso, evita ser devorado.