Cada uno de nosotros le dará un significado diferente, pero lo cierto es que los sueños eróticos son consecuencia de un impulso sexual natural. Puede que nos hayan sacado unas cuantas sonrisas al despertar pero también es fácil que nos generen turbación y confusión.
Los sueños eróticos reflejan emociones y sensaciones
Los sueños eróticos están cocinados con una base de emociones, sensaciones y experiencias vividas, imaginadas o anheladas. Sin embargo, sus características van más allá y, en ocasiones, pueden incluso impresionarnos.
A los sueños hay que darles su justa importancia, pues los sueños, sueños son.
1. Responden a nuestros impulsos sexuales y necesidades
El hecho de que lo hagan no significa que deseamos que ocurra lo que nos ha narrado nuestro sueño, sino que anhelamos ciertas sensaciones que estamos explorando.
No obstante, puede suceder que deseemos a la persona con la que soñamos y que, debido a que en nuestros sueños no hay restricciones, demos rienda suelta a nuestros deseos.
2. Nuestros sueños eróticos suelen ser irreales, sensuales y desestructurados.
Rara es la vez que la estructura de nuestros sueños sigue un patrón de realidad. Ni siquiera nos comportamos como lo hacemos o lo haríamos en la vida real. Por lo tanto, es bastante frecuente soñar con prácticas sexuales descabelladas, violentas, agresivas o graciosas.
Esto puede confundirnos y preocuparnos, por eso es importante que sepamos que es perfectamente natural y no tiene por qué reflejar ningún tipo de problemática emocional.
3. En ocasiones podremos observar cambios en nuestro cuerpo al despertar
La excitación producida por un sueño erótico es tan real que al despertar podemos observar signos de excitación sexual (erección, eyaculación, lubricación vaginal o movimientos pélvicos).
Además, podemos experimentar el llamado orgasmo nocturno o el “Gran Oooh del mundo de los sueños”. Son orgasmos espontáneos que, sin necesidad de ningún tipo de contacto físico, nos ilustran sobre el poder que nuestra mente tiene sobre nuestro cuerpo.
4. ¿Por qué tenemos sueños homosexuales cuando somos heterosexuales y viceversa?
Tener sueños homosexuales o heterosexuales no siéndolo no refleja nuestra orientación sexual. Simplemente, se trata de la filtración de las posibilidades de la sexualidad en los sueños, aunque no se tenga interés en ellas en la vida cotidiana. Todos tenemos fantasías y deseos no acordes con nuestra orientación en algún momento.
“El Gran Oooh” del mundo de los sueños
Tener orgasmos nocturnos es fascinante pero, por desgracia, la ciencia no ha hallado la forma de conseguirlos.
“El Gran Oooh” del mundo de los sueños es experimentado incluso por quienes tienen problemas de llegar al orgasmo estando despiertos. Gratamente conocido y deseado, el estudio de los sueños húmedos nos ofrece unas cuantas curiosidades que te comentamos a continuación:
1. Las mujeres pueden experimentarlos en cualquier momento de su vida.
2. Los hombres son más propensos a tenerlos en momentos en los que no se encuentran sexualmente activos, es decir, antes incluso de masturbarse o de mantener sexo con regularidad (pubertad o adolescencia).
3. Los sueños húmedos en los hombres se llaman poluciones nocturnas. Además, la eyaculación durante el sueño es habitual, de nuevo, en la pubertad.
4. Los hombres pueden tener multitud de erecciones por la noche que no acabarán en orgasmo, puesto que el flujo sanguíneo hacia el pene aumenta y disminuye constantemente.
5. Para algunas personas puede ser más fácil conseguir un orgasmo dormidos que despiertos, ya que los sueños eróticos están libres de distracciones, ansiedades y restricciones.
6. Lo más habitual y probable es que los orgasmos nocturnos se obtengan como consecuencia de un sueño erótico y que ni siquiera los recordemos.
7. Algunas posturas a la hora de dormir pueden generar más sueños eróticos y orgasmos. Hay estudios que revelan que dormir boca abajo está relacionado con tener sueños más intensos.
Seguramente, esto se deba a que esta postura proporciona más contacto entre la cama y el nuestras zonas genitales, lo que podría causar mayor excitación.segunda sueños
Los sueños eróticos son mucho más frecuentes de lo que podemos pensar. Además, tanto hombres como mujeres acostumbran a tenerlos en la misma proporción; sin embargo, nos diferenciamos en el contenido de lo que soñamos.
¿Con qué sueñan las mujeres?
En los sueños eróticos femeninos las relaciones con personas conocidas suelen darse con más frecuencia. Así, la mayor parte de las mujeres sueña con sus ex parejas sexuales, con celebridades y demás.
Además, otra particularidad de los sueños eróticos de las mujeres, es que un gran porcentaje de ellas (18%) sueñan con sexo no deseado, tal y como lo mostró un estudio llevado a cabo en la Universidad de Montreal (Canadá) por el doctor Antonio Zadra.
En esta investigación también se preguntó a los participantes si en algún momento soñaban que su pareja también llegaba al orgasmo, a lo que un 4% respondió afirmativamente.
¿Con qué sueñan los hombres?
Los hombres sueñan que tienen encuentros eróticos en sus sueños con personas que no conocen. Esto los diferencia de las mujeres, que suelen soñar con personas que conocen, hayan o no tenido previos contactos sexuales reales.
Los hombres, sin embargo, sueñan en menor proporción (5%) con el sexo no deseado. Por otro lado, cuando se evaluó en los varones si soñaban que sus parejas sexuales llegaban al orgasmo, ninguno contestó afirmativamente.
Esta última cuestión refuerza, no sin controversias por la generalización, la idea estereotipada de que los hombres son más propensos a pensar en su propio placer por encima del de los demás.
No obstante, es muy importante que nos demos cuenta de la importancia que tienen estos resultados. Al margen de polémicas, el hecho de que mujeres y hombres en la misma proporción experimenten orgasmos oníricos nos ofrece información sobre la “igualdad de condiciones” en relación al sexo.
Ya que las mujeres suelen tener más dificultades para experimentar orgasmos, esto nos lleva a plantearnos la importancia de los bloqueos emocionales que castigan el pleno disfrute de nuestra sexualidad.