Era el cumpleaños número 8 del pequeño Damián Gastélum, estaba muy emocionado, pues sus padres le habían prometido un regalo que él había pedido desde hacía mucho tiempo.
Después de romper la piñata, y cantar las “mañanitas” llegó la hora de abrir los regalos, y el pequeño no podía estar más feliz cuando vio su nueva “Tableta inteligente”, era justo lo que había esperado. Agradeció a sus padres brincando de un lado a otro, y se disponía a estrenarla.
Días después sus padres se dieron cuenta que el pequeño pasaba demasiadas horas frente a su tableta nueva, él ya no quería jugar ni salir con los demás niños, pero lo más extraño de todo, fue que el niño frotaba con mucha fuerza sus ojos, primero pensaron que era normal, pero un par de meses después se dieron cuenta de que algo muy malo estaba ocurriendo…
La tableta del pequeño había llegado con un defecto de fabricación, en el que por una de las esquinas del aparato, salía el cristal líquido que tienen todos los aparatos electrónicos, y lamentablemente, el pequeño resultó sumamente alérgico a este compuesto, y cada que tocaba sus ojos, los llenaba de cristal líquido.
Los distraídos padres nunca notaron esto, hasta que un día, los ojos del pequeño se pusieron tan enrojecidos que no podía ver bien. Al llegar con el médico se dieron cuenta de la alergia del pequeño Damián, pero ya era demasiado tarde, pues había perdido casi el 80% de la vista, el doctor sugirió un trasplante de córnea, pero por ser menor de 12 años lo más probable era que su cuerpo rechazara el tejido. De cualquier manera, tuvieron que realizar el procedimiento para quitarle el tejido dañado.
Lamentablemente el pequeño perdió la vista, y ahora deben esperar unos años para intentar operarlo. Esto debe servir de lección para revisar muy bien los tipos de regalos que les hacemos a los más pequeños, pues hay que considerar su edad y los cuidados que deben tener con un aparato de este tipo.