Todo se da con Una madre que iba conduciendo porque su hija de 16 años que estaba embarazada, empezó a sentir dolores abdominales aun cuando no era tiempo del parto. Lo más triste es que la mujer en una vuelta perdió el control y termino impactando contra otro auto causando un grave accidente.
De manera rápida una ambulancia llegó a la escena para llevarse a ambas al hospital. Lamentablemente la chica de 16 años murió junto a su bebé producto de tan aparatoso accidente. La madre resultó con heridas leves, pero estaba muy triste por la pérdida de su hija y nieta.
Pasaron 17 horas, y el hospital le entregó el cuerpo de la chica a los familiares. Ellos organizaron su entierro invitando a toda la familia y seres queridos a dar el último adiós, pero lo que no sabían era que algo estaba por venir.
Resulta que cuando los trabajadores estaban bajando el ataúd para enterrarlo, empezaron a escuchar llantos de un bebé que claramente provenían de adentro del ataúd. Nadie podía creerlo, ¿el bebé estaba vivo y había nacido? Si, así lo era.
Los trabajadores desconcertados abrieron el ataúd, y ahí estaba llorando. La joven había dado a luz aun después de su muerte.
Era una niña y fue llevada rápido al hospital más cercano. Lo mejor era que al checarla, la bebé estaba en buena salud, no tenía ningún daño, señales de infección o alguna otra cosa que atentará contra su vida.
Fue puesta en una incubadora y 4 meses después fue que los abuelos pudieron llevársela. Nadie podía creer que esa bebé hubiera sobrevivido por cerca de 23 horas sin alimento ni oxígeno, algo que quien conoce el caso, dice que solo pudo ser obra de Dios.