Es posible que últimamente estés notando como el tono de tu piel está cambiando: la zona de tus ojos aparece ahora un poco más oscura, tienes más pecas e incluso puede que tengas alguna manchita nueva en tu mejilla que antes no estaba…
No te preocupes, es algo normal que nos sucede a todas y que, en muchos casos, puede tratarse. La zona de los ojos, por ejemplo, suele ser muy delicada y depende a veces de nuestro cansancio o de una mala alimentación.
Las manchas, por su parte, pueden atenuarse con adecuados tratamientos de belleza, remedios sencillos con los que unificar el tono de tu piel y verte más atractiva. ¿Quieres descubrir dos excelentes remedios con los que conseguir un rostro más luminoso?
¡Te los contamos!
¿Por qué cambia el tono de mi piel?
De momento no tenemos ese remedio infalible que nos permita detener el paso del tiempo, ese elixir con el cual disfrutar de una belleza que no se marchita, que no sufre el impacto de los años y que está libre de esas arruguitas que aportan ya cierta madurez a nuestra expresión.
Los años, como ya sabes, deben llevarse con plenitud y felicidad, es tiempo vivido y no debemos avergonzarnos de ello. No obstante, esto no quita que tengamos derecho a cuidarnos todo lo posible para atenuar estos efectos, porque el paso del tiempo también se puede acelerar si no nos protegemos adecuadamente, o si no llevamos unos hábitos de vida adecuados.
El tono de tu piel puede verse afectado por varios elementos, de ahí que valga la pena tenerlos en cuenta:
1. Por la exposición al sol
Es el mayor enemigo de nuestra piel. Nos envía esos radicales libres que oxidan las células de nuestra epidermis, que favorecen el envejecimiento prematuro, que ocasionan la aparición de manchas…
Debes tener muy en cuenta que pasar un tiempo excesivo al sol, o incluso no usar una protección diaria frente a los rayos solares, causa hiperpigmentación, la piel se deshidrata y favorece la aparición de las arrugas.
¿Qué tal si lo recordamos cada día y nos protegemos adecuadamente?
2. Los efectos del acné
Durante nuestra adolescencia todas hemos pasado por esa terrible fase donde los granitos herían nuestra piel, la inflamaban y nos dejaban alguna que otra marca que aún conservamos. Es más, el acné no es exclusivo de los adolescentes. Incluso en la madurez y debido a nuestros cambios hormonales lo seguimos sufriendo de vez en cuando.
De ahí que sea habitual que, en determinados rincones de nuestro rostro, el tono de la piel haya cambiado también y tengamos esas manchitas color café tan molestas.
3. Exposición a la luz ultravioleta de los centros de estética
Puede que no sea tu caso, pero hay muchas mujeres que sí suelen tener la costumbre de acudir una o dos veces por semana a estos centros de belleza para broncear su piel. De nada sirve tomar medidas. A largo plazo, este tipo de tratamientos puede traernos efectos inesperados, como un envejecimiento prematuro.
4. Los embarazos
Dar a luz ocasiona muchos cambios en nuestro cuerpo y también en nuestra piel. Uno de esos efectos es que, durante la gestación, producimos más melanina y, en consecuencia, es habitual que nos aparezca alguna que otra manchita.
5. Inflamaciones o lesiones en la piel
La piel tiene memoria y es una parte de nuestro cuerpo muy delicada, que reacciona ante cualquier efecto exterior, ya sea a la luz, al frío o a los golpes. Hay quien, por ejemplo, es muy sensible a cualquier tipo de rozaduras y, al más mínimo impacto, nota de inmediato cómo le sale un moratón y cómo, al cabo de los días, esa rincón de su piel ya no es igual que antes.
Incluso las inflamaciones nos pueden dejar marcas que tardan mucho en desaparecer. Los herpes labiales, por ejemplo, pueden dejar lesiones en la boca durante largos periodos de tiempo.
6. La edad
Te lo indicábamos al inicio. Los años no perdonan y van a dejar sus marcas en nuestro rostro en forma de arruguitas, de manchas, de flacidez… Uno de esos rasgos más llamativos que, sin lugar a dudas, vas a notar tarde o temprano es el cambio en el tono de tu piel. Es algo normal, que podemos atenuar con los tratamientos adecuados. ¡Te los explicamos!
3 gramos de gel de aloe vera.
Preparación
Este remedio lo aplicaremos cada mañana y cada tarde. Solo tendrás que retirar unos tres gramos del gel central de una penca de aloe vera y aplicarlo en tu cara. Notarás cómo se crea al instante una especie de capa protectora, la cual, deberás mantener unos 15 minutos. Pasado este tiempo, retírala con agua fresca.
Hazlo todos los días y verás como tu piel luce suave, sin inflamaciones y como, poco a poco, se unifica el tono de tu piel.
Remedio 2 con plátano y limón
platano
Ingredientes
- El jugo de medio limón.
- Un plátano maduro.
Preparación
Este remedio para unificar el tono de tu piel deberás hacerlo cada noche antes de ir a dormir. Para ello, solo tendrás que pelar y cortar un plátano a trocitos y obtener el jugo de medio limón.
¿Cual es el siguiente paso? Haz una mezcla bien homogénea, con el fin de obtener una crema finita que poder aplicar en tu rostro. Manténla durante 20 minutos y enjuaga con agua fresca. Verás como tu piel luce más luminosa, sin que las manchas lleguen ya a percibirse. ¡Es muy efectivo!
Otros consejos que tener en cuenta
Piel saludable
Utiliza cada día una base de maquillaje con protector solar.
Hidrata tu piel regularmente para evitar que se reseque. Cuando la piel se reseca, aparecen manchas y arrugas.
Evita el consumo de sal y alimentos con azúcares, que favorecen la retención de líquidos y la oxidación celular.