Cuando llegó el esperado mes de mayo de 2014, las gemelas monoamnióticas nacieron y su primer instante en este mundo decidieron cogerse las manos y no soltarse nunca más.
Nacieron con una condición rara que se da en 1 caso de 10 mil. Ambas compartieron la placenta y el saco amniótico. Y su madre fue la primera en recibirlas con tanto amor y felicidad.
Ambas nacieron con 45 segundos de diferencia.
Su madre dijo que apenas las vio así de unidas se le derritió el corazón. Ha sido el mejor día de su vida.
“Mi esposo comenzó a llorar sin parar porque no podía creer lo que estaba viendo. Pero, lo sorprendente es que no solo él estaba llorando sino todos los que estaban en esa sala de parto”, cuenta la mamá.
Hoy en día, han pasado 2 años y miraaaaalas…. ¡DE LA MANO Y MAS UNIDAS QUE NUNCA!
Jenna y Jillian son inseparables y lo serán por el resto de sus vidas.