El cáncer de ovario afecta principalmente a las mujeres de 50 años de edad y mayores. Puede ocurrir en varias partes de los ovarios, que se encuentran a cada lado del útero. Se puede extender al revestimiento del abdomen, intestino y vejiga, así como a los ganglios linfáticos, los pulmones y el hígado.
A pesar de que el cáncer de ovario representa sólo alrededor del 3 por ciento de los cánceres que afectan a las mujeres, causa más muertes que otros tipos de cáncer que afectan al sistema reproductor femenino, según la Sociedad Americana del Cáncer (ACS).
Cuando el tumor comienza a desarrollarse en un ovario, los síntomas pueden ser vagos o no aparentes, pero tienden a ser más fuerte durante las etapas posteriores. Por otra parte, los síntomas son muy inespecíficos y pueden indicar un número de diferentes condiciones. Es por esto que se ha denominado como "el asesino silencioso".
A menudo, las mujeres descubren el cáncer de ovario en etapas posteriores debido a la falta de disponibilidad de cualquier método de detección confiable. Los médicos utilizan exámenes pélvicos, ecografías y análisis de sangre para los marcadores relacionados con el cáncer para detectar la enfermedad.
Es importante que las mujeres conozcan su cuerpo y cuiden de él adecuadamente. Si se producen cambios en el cuerpo, se recomienda consultar a un médico.